Esta semana Biden anunciará nuevos aranceles sobre productos chinos, incluidos los coches eléctricos. Según un informe de Bloomberg, la nueva ronda de aranceles incluirá también las baterías.
Los coches eléctricos chinos ya están sujetos a un fuerte arancel de importación del 25% en Estados Unidos. Sin embargo, hace unos meses se hizo evidente que esto podría no ser suficiente para proteger a los fabricantes de automóviles locales. La administración Biden está estudiando la imposición de aranceles adicionales a la importación de una serie de productos procedentes de China.
Reuters informa de que la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos ha proporcionado a la Casa Blanca recomendaciones arancelarias. Altos funcionarios estadounidenses han planteado la cuestión de tener problemas con los productos chinos baratos, incluidas las tecnologías de transición, como los equipos solares y los vehículos eléctricos. En particular, la Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dijo en abril que China estaba produciendo en exceso bienes de transición y que esto estaba haciendo bajar los precios en el mercado mundial.
Es cierto que los paneles chinos y los coches eléctricos baratos están presionando los precios mundiales allí donde se venden, pero para quienes utilizan estos bienes, eso es positivo. Para quienes los producen, no tanto. El conflicto es especialmente agudo en el caso de los paneles solares, tanto en Europa como en Estados Unidos. Los fabricantes locales no pueden competir en costes con sus rivales chinos, pero los ambiciosos planes de los gobiernos para la producción de energía solar dependen de paneles baratos, no caros.
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